Nosotros



Mundos enteros entre nosotros se interponen
y como filos de hachas, nuestras debilidades
sacan punta a nuestras miserias más rotas.
Cuando los brazos son escasos hasta para nuestro dolor,
llegan tarde las noticias de nuestras soledades.
Cuando nos enteramos que somos plantas casi secas
ya hemos enfermado hacia los desiertos.

Sin sueño, las noches pasan como goteras,
sin bruma, los días escapan de a decenas.

Y la velocidad de la carne es nula e infame,
para el caluroso espanto y para la soledad, cuando no estás,
y cuando acorralado siento púas desde los cielos.

Sin tu voz, sin tus ojos negros, están mis versos

Invaden seres no soñados, sin valor ni rencor,
todos los rincones, feos y fofos como la goma derretida:
son aburrimiento (montaña sin caminos),
son tristeza (inútil sed sin agua).

Cuando los largos caminos sean cansados por mi joroba,
será la jornada de los triunfos, aunque no
pueda vivir más, pues hasta allí mi estupidez
llegará. Mientras, soy escaso,
un dolorido ser encerrado en cajas de madera mala
con hendijas de luz; un espiador de la realidad.

Hasta allá no llegan mis voces clamorosas,
desafiadoras de dios, de las cuestiones, y de las condiciones,
que cuestionan todo sin espejos, y sin juicios,
entretanto, con temor apenas, tiemblan mis bolsillos
cargados de los caramelos de tu voz.


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